La Ruta lo Tiene Todo.

Suena un poco fantasioso pero así es, cuando pueda resumir mis experiencias de viaje y compartirlas más seriamente con ustedes entenderán por qué pero les recalco de cualquier manera que no es el dinero que se gasta sino el que no se gasta y definitivamente el apoyo que se recibe en el camino el que marca la diferencia.

Resulta que después de habernos quedado tirados justo en la calle más transitada de Cuernavaca movimos las motos a un lugar seguro y nos pusimos a cavilar sin perder la paciencia, IMPORTANTISIMO!!! Brian recordó el librito mágico de BMW y lo usamos. Una mujer espantada por mi llamada nos asistió enviándonos el segundo ángel del ciclo de Ángeles de la Ruta que tendríamos de ahora en adelante. El primer ángel: Octavio.


Su nombre: Jimmy. Una persona excelente que nos remolcó hasta su casa y nos hospedó por la noche en un hotel. Sabiendo lo que la moto tenía él se ofreció a apoyarnos al 100% empezando por recargar la batería durante el transcurso de la noche y al siguiente día acompañándonos a Lerma en el Estado de México con su grupo de motociclistas. Después de haber conocido el centro de la ciudad y descansado muy rico por la noche en compañía de la lluvia, empezamos el día siguiente la jornada de rescate hacia Lerma.


Sorpresivamente (para nosotros) Jimmy captó la atención de un grupo grande de motociclistas y todos nos escoltaron hacia Lerma por la ruta de: Cuernavaca-Tres Marías-Parque Nacional de Lagunas de Zempoala-Santa Martha-San Nicolás Coyotepec-La Marquesa donde desayunamos en el Restaurante El Rincón, cortesía del grupo.
Fue una experiencia increíble que nos recordó que no estamos solos y que los motociclistas entusiastas como nosotros no dudaron en brindarnos el apoyo, apoyo que sirvió para dejarnos continuar la ruta. Lamentablemente no hay fotos en sí de la ruta porque no podíamos parar, para evitar que la moto de Brian no encendiera nuevamente.



Después del desayuno algunos motociclistas se regresaron y otros siguieron con nosotros hasta el punto final: BMW Lerma; ellos nos dejaron en la casi puerta de lo que sería nuestro hospedaje por la noche: un hotel para parejas (apropiadamente dicho) o en otras palabras un motel estilo Mexicano con una entrada y una salida… claro que me tuve que dar una escapada para comprar alimentos.

Mil gracias Moto Club de BMW Cuernavaca, fue una experiencia fantástica el haber convivido con ustedes.

Al día siguiente llegamos al taller de Lerma donde Carlos, el gerente, nos atendió de tal manera que no dejó lugar a dudas de que él no solo es un hombre de negocios sino un motociclista capaz de entender las necesidades de otros motociclistas y además con los pies en la tierra, se por que digo esto. Muchas cosas pudiera añadir de esta experiencia pero prefiero dejarlo para mí misma. El resultado fue que la moto de Brian fue reparada y la atención dada fue increíble, dejándonos un excelente sabor de boca. Gracias Octavio también por contactar a Carlos antes de nuestra llegada.
Como dato, el generador de Brian estaba como derretido, tema que abordaremos nuevamente más adelante con las personas indicadas.
Gracias Carlos por ser ese otro ángel de la ruta, le deseamos lo mejor…



De aquí Carlos nos indicó físicamente la ruta hacia Zitácuaro, lugar donde nos reuniríamos con Octavio finalmente. El paciente de Octavio nos recibió ahí con mucha alegría y nos llevó por Mil Cumbres, una ruta escénica muy atractiva. Llegamos a comer enchiladas típicas de Morelia a su casa donde Roma nos recibió con los brazos abiertos y sus hijos también. Cabe mencionar que Adrián es un joven que habla muy bien el idioma Inglés a su corta edad y Abraham es un niño muy inteligente y amoroso, nos encanta conocer niños y jóvenes que muestren un futuro prometedor…



Octavio ya tenía coordinadas una serie de actividades para nosotros y empezando esa misma noche nos dedicamos a explorar el centro de la ciudad, un poco de historia, café y vergüenza al ver a los maestros plantados en el Centro Histórico quitándole la vista a lo más bonito de Morelia. Pero no se preocupe Octavio, estamos aquí por la experiencia no por el Centro Histórico.



El resto de nuestra experiencia con Octavio la describiré en otro capítulo ya cuando esté completo.

Una disculpa de antemano a todos aquellos que les fallaré al no poder visitarlos pero las fallas mecánicas nos atrasaron y nuestros seguros se vencerán si no regresamos a Canadá, dejándonos desamparados para cualquier evento indeseable.