En la primera hora no dejé de pensar en todos aquellos deliciosos platillos que con amor mi suegra cocinó para nosotros y en todos aquellos cuidados que nos proporcionó… La extrañaré pero nos volveremos a ver.
En las siguientes horas de nuestro recorrido pensé en alguien muy especial para mí, un pequeño capullito que en menos de 20 años se convirtió en una gran Rosa… Un capullo que estaba destinado para ser una Rosa hermosa llena de dulzura, llena de perdón y amor. Les platicaré de ese ser especial. La historia cuenta que hubo una vez tres mujeres y un camino, tres mujeres que se apoyaron y se brindaron amistad, cariño y confianza; eran conocidas como la gorda, la flaca y la chaparra, grandes amigas que tuvieron sus dificultades pero que compartieron momentos inolvidables. La chaparra tuvo dos hijos sanos, fuertes e inteligentes con la capacidad de soportar a una niña latosa y maldosa que creció alrededor de ellos. La gorda tuvo dos hijos también y la flaca decidió que pensaría un poco más al respecto para tomar una decisión en otra ocasión.
Sí, crecí con Rosa y nunca quería separarme de ella cuando éramos pequeñas pero las decisiones que nuestros padres tomaron nos alejaron un poquito, pero solo físicamente porque en nuestros corazones esa palabra no existe. Aún así nunca perdimos contacto, siempre estuvimos juntas. El momento llegó para nosotras tomar nuestras propias decisiones y mi decisión de explorar lo desconocido nos separó de nuevo… La lejanía realmente acerca. Me siento más unida a ella que en cualquier otro episodio de mi vida y le pido a la energía me permita compartir con ella tiempo de calidad. Nunca te olvido y siempre te he estado agradecida por tu apoyo y amor, ese amor incondicional que muy pocos saben dar.
Solo recuerda que donde quiera que esté estaré contigo y que cada momento que comparto contigo está lleno de alegría y felicidad, recuerda que te amo y que para todo existe una razón, ahí donde menos esperamos encontrarla. Esa niña ya no te asustará más, lo prometo…
Al final del día llegamos a Saint Walburg ahora en la provincia de Saskatchewan y en unos días estaremos al lado de Ignacio. El lugar donde acampamos estaba localizado junto a un cementerio y me imagino que al igual que nosotros ustedes prefieren el lado donde el corazón aún vibra…
Nuestra tienda de campaña al igual que otros elementos para acampar que recientemente añadimos a nuestro equipaje funcionaron muy bien y el tiempo que pasamos en ese sitio fue muy agradable, en verdad que pudimos ver los resultados de nuestros últimos arreglos.
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