Monday, September 20, 2010

En el ojo del huracán.

En mi boca solo puedo tener el dulce sabor del excelente desayuno que preparamos, hot cakes con fruta fresca que nosotros recogimos en el bosque… Con este dulce sabor partimos para encontrar un lugar seguro donde pasar la noche en que el huracán atacaría el área donde nos encontrábamos. Los locales nos hablaron de un punto en el cual no deberíamos encontrarnos pasara lo que pasara puesto que el viento se ha llevado trenes y traileres… Pasamos el punto y nos alejamos de ahí…


El huracán… que devastadora puede ser la madre naturaleza, a cualquiera que preguntamos acerca del clima nos dijo que normalmente los huracanes no atacan con fuerza la isla pero no concordaría con ellos, el huracán atacó con fuerza y estoy sorprendida de que no resultamos heridos. Las fotos explican más de lo que las palabras podrían explicar, en fin, después de una noche de viento de hasta 130 km/hr y con daños a nuestra tienda de campaña partimos del lugar donde estábamos alojados para seguir explorando el área. Nunca olvidaré el día Sábado Septiembre 4 del 2010.



En esta ruta que tomamos hacia el Norte no encontramos gente amistosa, encontramos gente enojada porque nuestra velocidad era menor al límite de velocidad… pero que hacer cuando el viento es tan fuerte que apenas si podemos mantenernos en las motocicletas, lo más prudente es parar en un lugar seguro pero cuando solo hay una ruta es un poco difícil; aún después de que el huracán pasó el viento seguía soplando con fuerza y sabemos que bajo las circunstancias en que nos encontrábamos debíamos dejar pasar a los vehículos atrás de nosotros pero lo hicimos hasta que encontramos un lugar adecuado para parar, un individuo nos siguió para gritarnos: -Estoy sorprendido que aún no están muertos. Que coraje pero no hay de otra, de vez en cuando tenemos que lidiar con gente que no entiende el por qué de nuestras acciones. Aún estoy en la búsqueda de aquellos locales amistosos porque hasta ahora he tenido más experiencias desagradables que agradables. No dudo que existe gente amistosa en esta isla pero aún me falta descubrirla, ahora necesito tiempo para recuperarme de los estragos del huracán puesto que no hemos dormido por algunas noches…

Solo pienso en la rica comida de la cual nos hablaron y espero gozarla. Si encontramos una langosta buena, bonita y barata la cocinaremos. En estos momentos cuando hablo de langosta me acuerdo de mi buen amigo Jun a quien extraño y aprecio por su lealtad y su gusto por la buena comida del mar. Desafortunadamente cuando llegamos al lugar donde pensábamos gozar de una langosta nos anunciaron que la temporada se había terminado y no más langosta, que triste… a esto le llamo ser tonto al tener expectativas y sentirse defraudado sin razón… Lo mejor por ahora es gozar lo que se presente en nuestro camino sin tener expectativas…


Los caminos tranquilos son los que buscamos y tal vez Newfoundland no los tiene, solo existe una ruta… En fin no tiene sentido explicar con demasiadas palabras que no estamos preparados en estos momentos para disfrutar de Newfoundland como se debe, así que tomamos la decisión de retirarnos y regresar a Nova Scotia.

El mejor recuerdo que me llevo de esta provincia es la gente amable que conocimos y la última cena que cocinamos, una cena genial… Le dedico este platillo a mi querido amigo Jun… Comida del mar que estoy segura te hubiese encantado. Por ahora tenemos la misión de olvidarnos de las expectativas que a veces se forja uno sin querer basadas en lo que otros han vivido. Descubrí que la belleza de un lugar se encuentra en uno y no necesariamente en lo que se puede ver o tocar. Además, después de haber recorrido tantas bellezas es difícil apreciar lo que otros consideran como “mágico” cuando “mágico” ha sido ya parte de la ruta.

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